lunes, 13 de abril de 2015

Vacaciones Semana Santa 2015 (abril)



Hola, estrenaré este espacio contando mi experiencia vacacional a una de las bahías mas hermosas en la República Mexicana, Bahía de Banderas en Nayarit.

La Bahía de Banderas posee varias playas en la costa nayarita que es bañada con las aguas del océano Pacífico; desde Puerto Vallarta hasta Rincón de Guayabitos, pasando por una serie de hermosas playas como Sayulita, San Francisco, Lo de Marcos.

La travesía comenzó en coche de cuatro cilindros, conduciendo desde Irapuato hasta Sayulita, en un total de 11 horas tomando todas las rutas libres, a excepción del último tramo a partir de Compostela; el consumo de gasolina fué de 70 litros en viaje redondo (ida y vuelta).

La ruta fué la siguiente: Irapuato- Pénjamo-La Piedad- Yerécuaro-Vista Hermosa-Briseñas, La Barca. Ocotlan, Guadalajara- y ahí tomar ruta a Tepic, pasando por Tequila- El Arenal-Ixtlán del Rio, a partir de ahí ya hay señalamientos hacia Puerto Vallarta y tomamos esa ruta, hasta llegar a Compostela, en donde la caseta de cuota tiene un costo de $ 35.00; cabe mencionar que después de Ixtlán del Rio el camino tiene muchas curvas pues pasa por Plan de Barrancas, no es peligroso si manejas con precausión, pues todo el camino está muy bien señalado y la carretera en buenas condiciones.

Llegamos a la Playa de Sayulita, un lugar muy concurrido por familias y sourfistas extranjeros y mexicanos; es un lugar muy pintoresco,con calles empedradas y puestecitos de comida por dondequiera; también lugares para acampar, uno de ellos, El Palmar del Camarón, en donde el costo por noche por persona es de $ 120.00 con 3 noches como minimo, si te quedas menos, son $ 150.00 por noche por persona.
O si prefieres un hostal éste te cuesta $ 200.00 la noche por persona. Sin embargo nosotros preferimos quedarnos en la Playa de San Francisco, a unos pocos kilómetros de Sayulita.

Nos quedamos en el camping de Esteban, ubicado en la calle Cuba y que tiene salida al mar, ahí pudimos dejar el coche muy seguro. La atención excelente, Esteban nos ayudó a armar la casa de campaña ( pues yo nunca había armado una) nos dio todas las facilidades pues se reflejaba en la comodidad de sus inquilinos.
El costo por noche es de $ 100.00, y cuenta con un par de sanitarios y tres regaderas, es un ambiente muy familiar y juvenil; a un lado del camping estan ubicados los restaurantes playeros.

Saliendo por la calle Cuba, pudimos recorer el pueblito costeño con sus calles empedradas, y comer en un restaurancito en la esquina en donde venden quesadillas y gorditas, así como chilaquiles y comida corrida por $ 50.00, muy limpio y rico, también la atención de la propietaria y su ayudante es genial.

El último día fuimos a nadar cerca de donde los pescadores dejan sus barcos, pues justo ahí son aguas tranquilas y no es nada ondo, para aquellos que no sabemos nadar, la pasamos muy bien por casi 6 horas jugando con niños y jóvenes quienes amigablemente nos enseñaban a nadar; sin embargo después de tantas horas en el agua y bajo el sol llegó la deshidratación, parando en el hospital (nada grave), y hasta ahí el médico, enfermeras y personal nos trataron bastante bien, en donde estuvimos cerca de dos horas.

Al día siguiente nos fuimos a Lo de Marcos, otra playa aledaña, donde no había tanta gente, sin embrago es hermosa, con algunas palapas para comer, nosotros solo comimos un cocktel de frutas, nos costó $ 35.00; después de ahí hicimos una escala en Rincón de Guayabitos, una playa contrastante con las anteriores, pues aquí había muchisima gente, negocios, y las calles llenas de camiones y coches, no había lugar para estacionarse, aunque si muchos hoteles ( la metropolí de las playas), sin embargo también la disfrutamos; como no estábamos hospedados, pagamos $ 15.00 por usar las regaderas en los baños público que abundan.

Fue un viaje muy enriquecedor, pues desde el camino se aprecia la belleza de occidente, los campos verdes, montañas, volcanes, una vista natural que hace que 11 horas de viaje no sean pesadas, la calidez de los nayaritas es tan genuina, su apertura nos hace sentir bienvenidos y que querramos regresar, pues su actitud va a corde con la belleza de sus playas y de la naturaleza que las rodea.


Estar en la playa de San Francisco, Bahía de Banderas, Nayarit, es abrir la llave de la vida y pegarse a ella a tomar felicidad... Paraíso terrenal con mar donde el aire es nutritivo y la gente sabe decir HOLA al humano que saluda, donde la sonrisa es virtud y el sol coquetea con la piel. Gracias Nayarit por tu belleza y tu gente, nos estaremos viendo muy frecuentemente.    Rodrigo Castillo.